martes, 1 de diciembre de 2020

Derecho a Reparar - Un gran primer paso

Un gran primer paso ha dado la humanidad para frenar el agotamiento de recursos y la acumulación de desechos, pero aún falta más.

El parlamento Europeo ha aprobado el “derecho a reparar”, con 395 votos a favor, 94 en contra y 207 abstenciones, esto involucra, entre muchas otras cosas, hacer de las reparaciones sean más atractivas, sistemáticas y rentables, ya sea ampliando garantías, proporcionando garantías para las piezas reemplazada y un mejor acceso a la información sobre reparación y mantenimiento.

Otros de los objetivos que establece este derecho son:

-        -   Poner fin a la obsolescencia prematura de los productos.

-        -   Establecer un verdadero derecho a la reparación.

-        -   Encaminar el mercado hacia una economía de la reutilización

-        -   Poner la tecnología digital al servicio de un mercado sostenible.

-        -   Implantar una cultura al cuidado del medio ambiente.

Una de los puntos más interesantes es el de establecer un etiquetado  que determine la durabilidad de los productos y del nivel de reparabilidad que tienen en el momento de la compra, este punto agarra fuerza al saber que el 77% de los europeos repararían sus productos antes que reemplazarlos. Sin duda este etiquetado va a convertir en un factor a tener en cuenta en la decisión de compra de un producto.

Si bien es cierto el derecho a reparar se viene discutiendo sólo en los países europeos y que en países de Latinoamérica  y en especial nuestro país Perú son temas que aún no tienen la relevancia debida, confiamos que este derecho aprobado se convierta en una tendencia mundial y que el corto plazo empecemos a tomar medidas similares.

Compártenos en el  espacio de comentarios tu opinión y qué tanto ayudará o no a nuestro rubro de reparaciones.  

2 comentarios:

  1. El derecho a reparar sólo tiene sentido en los países desarrolados como lo son los europeos o los asiaticos, y los EEUU, que son los que producen tales productos tecnológicos y determinan su vida útil, pues son ellos los que deciden cuando se hacen obsoletos y cuándo se descontinúa su soporte de servicio, lo cual son indicadores importantes en la obsolescencia programada, causal de tanta basura tecnológica. En esos países muchos fabricantes ocultan toda clase de información técnica de sus productos, afín de evitar que sean reparados y así obligar al comprador a botarlo en cuanto fallen y compren otro. El derecho a reparar se centra en el hecho de comprometer a los fabricantes a liberar dicha información técnica que facilite la reparación del producto y de ese modo evitar su desecho, lo cual redundaría en ventajas al consumidor al evitar de tirar y comprar lo cual es opuesto a la rentabilidad del fabricante, pero que podría redituar con las refacciones, todo está en planificar ese factor, pero también comprometiendo al fabricante la disposición de refacciones para que de ese modo se pueda alargar la vida útil de los productos. En latinoamerica no se necesita de esa discusión motivado que no existe país alguno que desarrolle o produzca ninguna clase de tecnología, por lo que es un tema totalmente ajeno a nosotros ya que nuestra idiosincracia es muy contrastada a la de los países del primer mundo que tiran y compran nuevo. El latinoamericano promedio (9 de cada 10) repara, repara y repara sus trastes hasta que dejen de funcionar por completo y se obliga a comprar uno nuevo luego de años de uso, claro está siempre y cuando disponga de la información técnica y las refacciones, que ha mermado mucho desde al menos hace 20 años a conveniencia de los fabricantes de obligarnos a tirar y comprar.

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    1. Agradecemos tu participación en el artículo y nos parece un interesante punto de vista el que planteas. Coincidimos con algunos puntos como el hecho de que las realidades de los países europeos y asiáticos son totalmente distintos a Latinoamérica, ya que en nuestro continente no se fabrican estos artefactos y eso hace que, efectivamente, el derecho a reparar se complique ya que viene supeditado a las restricciones que pone el fabricante. Por otro lado es importante revisar las estadísticas, la basura electrónica viene en constante crecimiento en todo el mundo y en especial en Latinoamérica, ya que entre el año 2009 al 2018 el incremento de estos residuos fue de un 70% en la región a diferencia del 55% que incrementó a nivel global en el mismo periodo, si bien es cierto es difícil determinar cuánto de ese crecimiento corresponde a problemas en la reparación u otros factores, en nuestro día a día trabajando en el rubro, cada vez aumenta devoluciones de artefactos por no poder repararse por falta de información o repuestos. Coincidimos en que gran parte del latinoamericano promedio prefiere reparar y esto sumado a que nos consta que hay profesionales técnicos muy hábiles, da como resultado que se logra reparar, pero esta intención de reparar tiene un límite, que se pierde cuando el tiempo de reparación es muy largo, cuando el repuesto es muy caro y que los precios de artefactos nuevos vienen bajando. Es por eso mismo que consideramos que debería abrirse el debate, si bien es cierto, nuestro derecho reparar no se va ser igual al de otros continentes, pero siempre se puede mejorar, revisando la responsabilidad extendida del fabricante como política de estado o generando nuevos modelos económicos sostenibles que remonten dificultades financieras.

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